Empatía y tolerancia en el binomio enseñanza - aprendizaje virtual

Aunque existen universidades que ya administran la educación en línea desde hace varias décadas, resulta cierto que ninguna universidad estaba preparada para la alta demanda y migración de la población estudiantil, en cuanto al servicio de los cursos en línea o virtuales. En este sentido, no podemos omitir que tanto los estudiantes como los profesores en su práctica docente se enfocaron exclusivamente en las clases presenciales y derivado de la contingencia del COVID 19 ante un estado de urgencia, algunos tuvieron que adaptarse a la educación virtual para concluir el semestre 2020-1.

Cabe mencionar que bajo este contexto, los docentes y alumnos han experimentado la misma incertidumbre no sólo el alumno se encuentra estresado. En este escenario, los docentes como cualquier ser humano sienten las mismas emociones, y a pesar de ello, continúan realizando su mejor esfuerzo para cumplir con su trabajo. Algunos utilizan los sistemas más sofisticados en tecnología y otros están aprendiendo sobre la marcha, con un mismo objetivo: dar lo mejor para sus estudiantes.

Debemos de reflexionar que ante este panorama todos estamos en un proceso de aprendizaje, el cual nos demanda tolerancia y empatía en ambos sentidos, si bien es cierto, que el trabajo académico se realiza en una comunidad en línea, no debe evadirse las obligaciones que demanda el proceso de enseñanza-aprendizaje. De igual manera, hay que trabajar con el 100% de compromiso y esfuerzo para asegurar con éxito el semestre 2020-1.

En este momento, el liderazgo del maestro es fundamental para mantener la motivación y la certidumbre en los estudiantes, es vital este acompañamiento ante los desafíos del COVID 19 que va más allá de la salud pública, frente a este presente es el docente, quien inspirará y dirigirá sus estudiantes a un puerto seguro. Esta tarea implica una comunicación asertiva que fomente una cultura responsable para comprender que las relaciones humanas en una comunidad virtual, en el otro lado de la pantalla se encuentran personas con nombres y apellidos, que están trabajando por un objetivo impulsado por ellos mismos y una familia que los están respaldando para materializar sus sueños de obtener un título profesional.

En algunos casos, quizás sean los primeros profesionistas en su familia y en otras la cuarta o sexta generación de profesionistas, cualquiera que sea el caso, en el ejercicio de las relaciones humanas surge el líder que cuenta con las capacidades de servir a los demás, trabajar en equipo, fomentar la creatividad, generar la confianza haciendo a un lado sus intereses personales para guiar a otros hacia una meta común. Por otra parte, en esta etapa de aislamiento el profesor líder debe mantenerse en contacto con sus estudiantes e interesado en conocer las condiciones en las que están trabajando, además de involucrarse para resolver cualquier problema que gira alrededor del proceso enseñanza-aprendizaje, otorgando soluciones flexibles como líder guía.

Se comprende que este evento disruptivo nos está obligando a reinventarnos, tanto a estudiantes como docentes, continuamos cuestionando nuestras propias características internas (debilidades y fortalezas) así como las exteriores (amenazas y las oportunidades), con la única prioridad de dar respuestas ante el impacto de esta desaceleración del ritmo de vida y recuperar el control de lo que ayer afirmábamos nuestra “normalidad”.